Capitulo 1 – El inicio
Antes que nada quiero decirles que me llamo José, provengo de una familia acomodada, en donde mi Papa viaja mucho y mi mama se dedica desde hace varios años a su negocio. Mi familia se compone de 4 hermanas, 3 de ellas mayores que yo, cuyos nombres no importan en este relato, y una hermana 4 años menor que yo, de nombre Mayra, y con la que he tenido relaciones incestuosas desde hace 8 años. Nunca he platicado de esto con nadie, pero hoy viendo los relatos me he atrevido a hacerlo, así que en las siguientes líneas tratare de contarles como la manera en que empecé a tener contacto con ella, lo que fue el inicio de una relación incestuosa que hasta hoy en día continua vigente.
Todo empezó cuando tenia 16 años, vivimos en la ciudad de México, en aquel yo estudiaba preparatoria, era un estudiante sobresaliente y aunque siempre he sido un chavo de buen parecer, siempre he sido muy tímido, producto de ser el único hombre en la familia, aparte de mi papa. En esos días todavía era virgen, y alo mas que había llegado con una chica era a fajar tímidamente. Eso si, ya había visto muchas revistas y películas pornos, por lo que de cierta forma ya sabia bastante del sexo. Por ese aquel Mayra tenia un cuerpo muy desarrollado para su edad, ya media 1:50 de estatura, tenia unas piernas bien torneadas, un culo tremendo, y unas tetas bien paradas, creo que sus medidas eran por ahí de 95-60-96. Al principio no se le notaba porque seguía usando vestidos de niña, pero a la edad de 12 años, una de mis hermanas mayores le regalo dos pares de pantalones de licra, unos negros y unos verdes, que para ser sinceros le quedaban muy chicos, que hasta se le metían en la raja de las nalgas.
Como describir la sensación que sentí cuando la vi vestida con los mallones verdes, que me permitieron ver por primera vez el culo tremendo que se cargaba, sus piernas bien torneadas y como se le marcaba la entrepierna por enfrente y la raja de las nalgas por atrás, desde ahí empecé a fijarme en ella, empecé a hacerme pajas en honor a ella, pensando siempre en ella, y planeando la forma en que seria mía. A pesar del cuerpo que se cargaba, Mayra seguía siendo muy recatada, nunca le había conocido novio, era tan inocente que a veces siento remordimiento por haberla pervertido tanto como es hoy en día, pero puede mas el deseo por una mujer y el que fuera mi hermana le agregaba un toque de morbosidad.