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jueves, 6 de febrero de 2020

La niña de papá


Entraba en la casa eran las siete de la noche; la luz era poca el sol se ocultaba en el horizonte, dándole un tenue pero lúgubre rojo sangre en el ambiente solo se oía un trémulo gemido provenir de la habitación, dejando el maletín en el primer mueble del recibidor que encontré. Al entrar a la cocina encontré la mesa lista para la cena, mi pequeña había ya hecho la cena, fui a por un vaso de agua, en este momento los gemidos cesaron mientras bebía el agua me preguntaba dónde estaría la putilla de papá, mi niña Mónica era toda una mujer igual que su difunta madre.

Ah el recuerdo de Mónica me llevo a donde no quería ir ya que me hacía falta, sus cabellos oscuros como la noche de invierno, y su tez pálida como la luna, el contorno de su figura sus tetas; esas tetas las que me follaba ya tiempo atrás, sus piernas y su culo el culo de mi Mónica era de campeonato, pensando en esto se puso dura la polla, recordando las veces que le follé el culo y le azotaba las nalgas con cada envestida.

Preguntándome donde estaría mi pequeña Mónica Sali de la cocina y entre de nuevo en el recibidor dirigiéndome a las escaleras pude oír otra vez los gemidos que venían de la habitación y lo supe la pequeña puta estaba otra vez masturbándose en la habitación de papá esto me excito aún más la polla que la volvía a tener flácida volvió a crecer dentro de mis calzoncillos, tuve que meter mi mano y acomodarme el paquete. La niña desobedecía a su padre como lo hacía su madre que también fue una zorra.




Al llegar a la segunda planta pude comprender que además de lo gemidos de la zorrita se escuchaban otros; seguro de algún video que veía Mónica para ponerse más cachonda, el sonido de los gemidos las palabras soeces del video así, como las frases vulgares de la pequeña Mónica:

 - Si, folláme, tómame ¡oh! – decía la pequeña a cuatro patas sobre mi cama con un consolador en el coño mientras se follaba el culo con los dedos – Si, soy tu puta. – decía mientras ella veía la escena que se veía en pantalla del pc: en la cama del video se podían ver a tres personas dos despampanantes mujeres una rubia y pelirroja la rubia era empalada por tío por el culo, ella gemía paro sus gemidos eran sofocados por la pelirroja que agarrándola por los cabellos y entregándole su cara en el coño. – Papi me corro, se correr tu puta. – Decía la Pequeña puta en la cama el dildo en su culo y los jugos de coño esparcidos por sus muslos y el cobertor de la cama.

 – Así que la putilla desobedeció la orden de no correrse sin permiso. – Digo entrando en la habitación, la pequeña se llevó un susto al verme.

 – Papi, yo, yo, yo…. – Estaba roja como un tomate aun con el consolador en el culo, su cara de sorpresa, y la visión de su cuerpo desnudo en la cama tal como su madre difunta me esperaba cuando quería tema.

 – Tu, tú lo que eres en una putilla, que necesita unos azotes en el culo por zorrilla. – dije mientras me sacaba la camisa viendo como la niña se mojaba los labios con la punta de la lengua no es por faltar a la modestia, pero la naturaleza me dota de un buen cuerpo que he mantenido con una vida activa y una alimentación balanceada. Mis brazos son gruesos, espalda ancha que junto con mi pecho son la parte de mi anatomía favorita. Lo que menos me gusta es mi abdomen que si bien es plano solo puedo presumir los primeros cuatro músculos abdominales. Sacándome los pantalones mi bulto se mostró grueso, deseando salir de su encierro y avanzando hacia la cama le ordeno al Mónica: - ¿A qué esperas puta?, sácame la polla y a chupar. – digo con una voz fría veo como ella se amilana un poco, pero el ver el bulto en mis calzoncillos baja de la cama y tratando de sacarse el consolador del culo, la detengo con voz de trueno:

 - No puta déjate el dildo en el culo, que se acostumbre porque mi polla ira a allí dentro de paco como sé que lo deseas; ¿Ya estas otra vez chorreando tu coño, puta? – Pregunto viendo como le volvía a brillar el coño. – Eres una sucia puta. –

Mónica que le gustaba que la humillara y la tratara como lo que era se puso de rodillas y con ambas manos bajo mis calzoncillos hasta mis rodillas dejando libre a mi polla de 18 cm de largo y bien gorda y tomándola directamente con la boca empezó a tragársela hasta donde pudo desde mi posición pude ver como la mitad de mi verga desaparecía en su boca, me empezó una mamada de campeonato dejando la mitad de la polla llena de saliva.

Esa visión me descoloco un momento, pero tomándola del pelo le empuje toda mi polla dentro de su boca y sosteniéndola, diciéndole:

 - Puta, ¿te gusta que te traten duro no? – Sosteniéndola un momento más y después sacándole la polla empecé a follarle la boca:

 - ¿Quieres la polla de papá? Puta ¿No es así? – Pregunte y sacándole la polla para que contestara:  - Si, si señor, soy una puta sucia que le gusta duro. – dijo ella; mientras que yo volvía a empalarle la boca de un pollazo:

 - Pero ahora necesitas un escarmiento primer por tocarte sin tener mi permiso, segundo por ver películas sucias y tercero por correrte sin mi permiso. – Sacándole de nuevo la polla de la boca para que contestara:

 - Papi, no podía aguantarme, soy tu putilla castígame. – dijo Mónica y agarrando ella misma la polla la volvió a engullir y haciendo un esfuerzo la trago toda podía ver un hilillo de saliva que corría por su labio inferior que descendía a sus tetas tiesas.

 – Putilla papá se va a correr y quiero follarme esas tetas, en cuclillas. – Ordene previendo como el orgasmo se empezaba a formar en mis huevos. Viendo como la polla salía de la boca de mi hija se me asemejo tanto a su madre y la ame por eso.

 La pequeña se puso en cuclillas sus tetas estaba embadurnadas de saliva, yo pase mis manos entre ellas terminando de esparcir la saliva, Mónica gemía con cada toque, escupí en sus tetas y le ordene:

 - ¡Aprieta las tetas alrededor de mi polla puta! – empecé un bombeo en las tetas de Mónica, ella gemía, yo bufaba; ver mi polla dentro de las tetas de la pequeña me extasiaba, oír a las palabras soeces de Mónica me excitaban más aún:

 - Si, ¡oh! Si soy tuya folla mis tetas de puta. – Ella lo decía en sus ojos se asomaba una expresión de lujuria sus ojos brillaban, su boca se curva en una sonrisa. Retirándole la polla de entre sus tetas y ordenándole: - ¡Zorra, chupa! – Mónica tomo otra vez la polla con una mano mientras que con la otra me masajeaba los huevos tragando la polla me hizo gemir de nuevo la pequeña tenía una boca endemoniada. La saliva volvía a hacer un reguero que ella recogía en sus manos y masajeaba mis huevos mis gemidos aumentaron en intensidad mi orgasmo pronto explotaría quería correrme en esas tetas que tanto me ponía.

 – Zorra ya pronto me correré. – Dijo y ella con una sonrisa dijo:

 - Mi papi ya está a punto y ¿me dará toda su lefa? –

  - No, putilla esta noche no cenaras leche dime donde la quieres. – dije apuntando con la polla.

 – ¿En tu cara de puta? – y le apunte al rostro.

 – ¿O en las tetas de zorra? - Apuntando de nuevo con la polla en sus pechos grandes y gordos.

 – En mis tetas papi, en las tetazas de tu zorra hija. - Entonces yo termine de pajearme y otra vez le apunte con la polla en las tetas y eyacule; un gran chorro de semen que le cayó en la teta derecha, el otro chorro le cayó en la teta izquierda y otro menos abundante le cayó en el medio de los pechos.

 – Ahora mi joven puta mereces el correctivo, a la cama, boca arriba y con las piernas abiertas puta. –

 Ella obedeció yendo a la cama, mientras ella se recostaba sacaba del closet un pequeño huevo de color carne y una fusta, estos objetos los había usada con su madre, esa mujer le encantaban y como madre, como hija encendí el huevo y se lo metí en el coño este estaba chorreando no pode contenerme mucho el le pase la lengua desde abajo hasta el clítoris ella gimió.

 – OHH, papi que rico. – A mí me gusto su reacción, pero estaba decidido a corregirle su mal comportamiento lascivo y vicioso. Lanzándole un azote en el coño con la fusta; pude apreciar el temblor que le produjo el golpe le ordené:

 - ¡No hables puta! Ahora con cada azote lo contaras y dirás; debo ser una niña buena. ¿Has entendido puta? – le pregunte. Ella con un brillo en los ojos casi asustada respondió:

 - Si señor. – Su cuerpo temblaba mientras sentía la fusta acariciar su piel, comencé a castigarla primero en la parte interior de sus muslos el primer azote.

ZAZZ, fue para el muslo derecho, ella tembló y gimió: - ¡Ahh! Uno, Debo ser una niña buena. –

 El segundo azote.

ZAZZ, en el muslo izquierdo, Mónica arqueo la espalda y volvió a gemir: - Dos, debo ser una niña buena, ¡Ahh! –

 La azotina continua las zonas golpeadas enrojecían al momento, el tercer azote le volvió a caer en el muslo derecho.

ZAZZ el muslo golpeado tembló y ser reprodujo hacia todo el cuerpo. - ¡Ahh! Tres, debo ser una niña buena. – El coño de Mónica brillaba por los jugos, que hacían un reguero. – Mira que será una puta estas chorreando con cada azote ¿No puta? – Dije sin contenerme y dando otro azote esta vez en muslo izquierdo. - ¡Ahh! Cuatro, debo ser una niña buena, Papi estoy otra vez cachonda. – la fusta acaricio el coño llenándose de los jugos del coño totalmente depilado subiendo la caricia de la fusta hasta llega a sus tetas estas estaban caídas hacia los lados y con movimiento agitado por la respiración. El siguiente azote fue a dar en su teta izquierda.

ZAZZ, pude ver unas lágrimas escurrir por sus ojos, pero su sonrisa no desapareció al gemir de nuevo. – Cinco, debo ser una niña buena, ¡AGGG¡ - El cuerpo de Mónica temblaba eso me excitaba; aunque le proporcionaba un dolor a mi hija veía como su coño destilaba como su rostro se contorsionaba por el placer.

El sexto latigazo le cayo en el pecho derecho ZAZZ, ella gimió mi polla se puso mas dura, la puta volvió a gemir.

 – Seis, ¡Ahh! Debo ser una niña buena. – Sus tetas estaban rojas, sus muslos de escarlata que ya se iba desvaneciendo.

 ZAZZ el azote cayó en el pecho derecho ella gimió más fuerte y comenzó a restregarse las piernas. - ¡Agg! Siete, debo ser una niña buena. – Mi polla estaba a reventar los gemidos de Mónica me taladraban en la cabeza. – Papi se siente tan rico. –

ZAZZ el otro azote el dio en la teta izquierda.

 – Ocho, debo ser una niña buena, ¡Ahh! – La fusta volvió a acariciar su abdomen y su pubis ella abrió de nuevo las piernas.

ZAZZ le noveno azote cayó de lleno en el coño de Mónica ella grito sorprendida del dolor en el coño, pero el gemido que lanzo fue lascivo.

 – Nueve, debo ser una niña buena, ¡AGGG! – El coño le palpito y chorreo mas jugos sus ojos brillaron. El decimo azote le volvió al coño que enrojeció su cuerpo volvió a temblar y arqueo su espalda cuando gimió:

 – Debo ser una niña buena, Diez, ¡AHH! Papi folláme estoy cachonda. – diciendo esto se puso a cuatro patas aun con e dildo en el culo. – No ves papi tengo el coño que es un reguero. –

 Si tiene el chocho encharcado tanto que el ojote estaba también mojadito. Mi polla estaba en pie de guerra desde hacia ya tiempo y queriendo follarla a tome por las caderas y la arrastre hasta el borde de la cama y de un golpe le clave la polla hasta en fondo ella gimió:

 – ¡OHH! Papi que rico me siento tan llena de los dos orificios. – Ahora que lo mencionaba pude detallar el dildo del culo lo único que le Salía era una pequeña joya del culo desde cuando tenia mi niña ese juguete, la follada la comencé suave recreándome en su culo y como aún tenia la fusta los azotes comenzaron con cada embestida, cada azote era un gemido de placer. Un pedido de mas fuerza para la follada.

ZAZZ. – Papi mas dura, folla duro a tu puta, azótala también por ser tan zorra, ¿AHH! –

 Y la folle y azote más fuerte, los azotes caían en sus nalgas ahora rojas brillantes y la joya anal tan bien brillaba. Me folle a mi hija como me follaba a su madre Mónica su madre también le encantaba los azotes en el culo y las embestidas profundos, la niña empezó a moverse también pude notar las conocidas contracciones que anunciaban su orgasmo que estallo dentro de ella mi polla estaba al borde del abismo también quería que me la chupara pero estaba al borde del orgasmo que termine por eyacular en su culo; sus nalgas quedaron rociadas de semen ya que fueron cuatro chorros de leche los que vertí en el culito de mi hija, mi zorrita hija, caí sobre ella y besándole en el cuello le dije:

 – Te amo mi niña. – Rodeé un poco para quitarle un poco de peso y viéndole la cara pude ver lo feliz que se sentía. – Yo también te amo papi. – dijo ella al besarme en la boca un beso que me extasió….

Por bothrops atrox

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